Por Luis Ignacio Sáinz

Construida alrededor de 1180 y advocada al apóstol Andrés, la iglesia de Borgund está excepcionalmente bien conservada y es una de las construcciones de madera más destacadas de Noruega. Algunas de sus características son los portales lujosamente labrados y en el techo las tallas de cabezas de dragones. Estos templos representan la contribución noruega a la arquitectura mundial, además de que estos edificios resultan los más longevos y los mejor preservados de esta voluntariosa nación que perteneciera en el pasado a Dinamarca y a Suecia.

Siglo XII, municipalidad de Lærdal, condado de Sogn og Fjordane, diócesis de Bjørgvin [Dirección: Vindhella 606, 6888 Borgund, Noruega.]

Los nuevos cristianos que levantaron el templo de Borgund no erradicaron la mitología vikinga, que irrumpe en los lugares menos pensados del conjunto edilicio. Sus paredes están formadas por tablas verticales de madera, tejas, de ahí la calificación de «iglesia de duelas». Los cuatro postes de las esquinas están articulados desde el suelo mediante alféizares, reposando en una basa de piedra. Las duelas intermedias se elevan desde el desplante de las soleras y cada una posee lengüetas y surcos, para enclavarse con sus vecinos y ensamblar una pared resistente. Stavkirke: en noruego, kirke, iglesia; stav, estaca, bastón o vara.

Borgund está construido sobre una planta basilical, con pasillos laterales reducidos y un presbiterio y ábside adicionales. Tiene una nave central elevada delimitada en cuatro lados por una arcada. Un ambulatorio corre alrededor de esta plataforma hacia el presbiterio y el ábside, ambos añadidos en el siglo XIV. Un ambulatorio adicional, en forma de porche, corre alrededor del exterior del edificio, protegido bajo el techo de tejas sobresalientes. El plano de esta iglesia se asemeja al de una cruz griega de doble capa y planta central con un ábside unido a un extremo en lugar del cuarto brazo. Las entradas a la iglesia están en los tres brazos de la casi cruz.

Planta de la iglesia, que representa el marco inferior.

Estructuralmente, el edificio ha sido descrito como un «cubo dentro de un cubo», independientes entre sí. El poliedro interno está formado por columnas continuas que se elevan desde el nivel del suelo para soportar el techo. La parte superior de la galería está formada por contrafuertes arqueados, articulados a la rodilla con las columnas. Por encima de la galería, las columnas están unidas por armazones diagonales denominados «cruces de San Andrés»; que llevan soportes arqueados que ofrecen el equivalente visual de u meta-sentido, una segunda historia: metáfora constructiva de una crucifixión y tributo a un santo. Si bien no es una galería funcional, recuerda a las de los templos líticos, de mampostería, enormes, que jaspean el territorio europeo. Vigas más pequeñas que corren entre estas columnas superiores de soporte auxilian a anudar toda la retícula con firmeza. El peso del techo está soportado por contrafuertes y columnas, evitando el empuje hacia abajo y hacia afuera en las paredes de duelas.

Geometría estable, de belleza singular y con simbolismo apostólico: el martirio del hermano mayor de Pedro, llamado por la Iglesia ortodoxa Protocletos (del griego: Πρωτόκλητος, “el primer llamado”), pues se cree fue el precursor en acompañar a Jesús

La viguería del techo descansa y trabaja con estructuras de tijera en ángulo pronunciado que arman una X, con un tramo superior angosto y un tramo inferior dilatado, atados por un esqueleto inferior para impedir su desplome. El soporte adicional lo proporciona una montura que atraviesa la X, debajo del punto de intersección, pero por encima del entramado bajo. La cubierta está abruptamente inclinada, abordado horizontalmente y revestido con tejas. El techo exterior original habría sido resistente a la intemperie con tablas colocadas a lo largo, en lugar de tejas. En años posteriores, las tejas de madera se hicieron más comunes. La construcción del techo con vigas de tijera es típica de la mayoría de las iglesias de madera.

Estructura de madera donde descansa la techumbre, en emulación de los barcos vikingos.

Borgund tiene techumbres escalonadas que sobresalen, rematadas con una torre. En los frontones destacan con un dejo de insolencia cuatro cabezas de dragón talladas, que se precipitan desde las crestas, evocando las de las proas de los navíos nórdicos. Las cabezas de dragón actuales de Borgund posiblemente datan del siglo XVIII, sin embargo, las cabezas de dragón originales que permanecen en estructuras anteriores, como las iglesias de madera de Lom y Urnes, también en el distrito de Sogn, sugieren su persistencia y continuidad. Este templo todavía conserva sus crestas, talladas con vid y diseños repetitivos vegetales. Tan fabulosos e inquietantes volátiles funcionaban además, como drenes tipo gárgolas (del griego γαργαρίζω, “hacer gárgaras”), los rostros de los canalones del desagüe, de modo que son elementos utilitarios y no quimeras como las que Viollet-le-Duc instaló en Notre Dame de París, a título estrictamente ornamental.

 

Lom, detalle: cabezas de dragón de sus techos.

 

Urdes, detalle: cabezas de dragón de sus techos

La mayoría de los accesorios internos bastardos, es decir procedentes de épocas posteriores, se han eliminado. Así, salvo la hilera de bancos adosados a lo largo del muro dentro del templo en el ambulatorio fuera de la galería y la plataforma elevada, originales desde la fundación del templo, el resto de los enseres y aditamentos se remontan a la Reforma protestante, cuando la iglesia se convirtió al culto luterano, incluyendo un púlpito, una fuente de esteatita (1), un altar y su retablo, un atril y hasta un armario-despensa. El edificio quedó bajo la protección y custodia de la Fortidsminneforeningen (Sociedad para la Preservación de los Monumentos Antiguos Noruegos) al adquirirlo en 1877, transformándose en museo desde entonces.

Se encuentran varias inscripciones rúnicas (2) (runa = letra) en las paredes del portal del oriente. Una lee: “Thor escribió estas runas durante la noche en la misa de San Olav”; la otra consigna: «Ave María». Simbiosis plena entre la tradición vikinga y el emergente culto cristiano. Uno de los contactos cruciales entre ambas concepciones del mundo tiene lugar con el saqueo del monasterio de la isla de Lindisfarne el 8 de junio de 793, en la costa británica del mar del Norte. La voz vikingo, de origen incierto, pareciera remitir a un espacio geográfico, el reino de Viken (del nórdico, “bahía pequeña”) que abarcaba Oslofjord y Skagerrak: el estrecho entre Noruega, la costa suroeste de Suecia y la península danesa de Jutlandia.

Inscripciones rúnicas.

 

Castillo en la Isla Santa de Lindisfarne.

 

Las runas según aparecen en los poemas rúnicos noruego e islandés son:

 

La Stavkirke de Borgund se menciona por primera vez en registros escritos en 1342. La investigación dendrocronológica ha demostrado que la madera utilizada para la construcción de la iglesia fue talada en el invierno de 1180-1181. En consecuencia, su construcción gira alrededor de esa fecha. La estructura medieval se conserva prácticamente intacta. Se compone de nave, presbiterio con la galería circundante y ábside, los dos primeros cuerpos disponen de un centro elevado y una cubierta a dos aguas. Las torres del ábside se cierran con techos cónicos. El conjunto incluye un campanario exento con reloj medieval. Los troncos, durmientes, postes, tirantes diagonales, huellas, duelas, placas y tablones de pared son originales en la estructura en su conjunto, salvo mínimas excepciones de tejas reemplazadas.

La única modalidad constructiva en madera de la Edad Media que ha sobrevivido hasta nuestros días es la Stavkirke. La razón es muy sencilla, ya que las columnas o pilares no se enterraban, pues se colocaban verticalmente sobre una estructura rígida en forma cuadrada que descansaba sobre un asiento firme de rocas. Sus soleras se ensamblaban en sus esquinas por un sistema de espiga-muesca, mientras los postes se instalaban sobre una muesca en la parte superior.

Técnica columnas stav.

 

Portal de pilares y detalle (león).

Casi exclusiva de Noruega, las Stavkirke sobrevivientes ascienden a 28, si bien todas han sido objeto de conservación sistemática y solo en contados casos hasta de restauro integral tras algún siniestro grave como incendio. Además, Suecia conserva una más (Hedared, después de 1501; Borås), la única construida fuera de Noruega, y Polonia otra (Vang, c. 1200; Karpacz), trasladada en 1844.

Stavkirke con nave central de techo elevado, Borgund. Dibujo de Håkon Christie.

De manufactura popular tardía, de mediados del siglo XVI al primer tercio del XVII, son el púlpito y la pintura del retablo muestra la crucifixión en el medio, flanqueada por la Virgen María y Juan el Bautista; en su tímpano vuela en picada una paloma blanca sobre fondo azul.

Lista de Stavkirke medievales

Noruega

Polonia

  • Iglesia de Vang (alrededor de 1200), parroquia; construida en Noruega, fue trasladada en 1844 al territorio de la actual Polonia.

 Suecia

 

[1] La esteatita, mineral de color blanco y verdoso, conocida como piedra o roca de jabón, es una roca metamórfica en extremo blanda, se raya con la uña, compuesta por mineral de talco, siendo rica en magnesio, con cantidades discretas de clorita, anfíboles, piroxenos, óxidos (piritas y magnetitas), carbonatos, olivino, serpentina y micas negras. Como ejemplo de su uso, buena parte de las celosías de la arquitectura india a ella se deben.

[2] Remiten a un grupo de alfabetos que comparten el uso de unas letras llamadas runas, que se emplearon para escribir en el norte de Europa, existiendo variantes germánicas, anglosajonas, escandinavas (danesas, islandesas, suecas y noruegas). Su origen se remonta al 150 y su fase vikinga se diluye alrededor del 1100; sin embargo, sobrevivirá en una variante medieval hasta el 1500, particularmente en Noruega. En la región escandinava estos vocabularios se conocen como futhark o fuþark, término que deriva de las seis primeras runas que se transliteran como FUÞAR y K.

 

 

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