Voz de esperanza

Voz de esperanza

Tienes ojos de orgullo desesperado y de fuego cubierto

Tienes carne color tormento milenario como los desiertos de cólera variada y en el fondo idéntica

Tu tristeza es sentir la injusticia vertiginosa que enmohece la marcha

Y arrastra los pedazos

Tu dicha sería romper las ataduras que te llaman a las tinieblas

Y crear con tus manos un planeta en forma de corazón

 

Oyes la tos de los esclavos y un horno ruge en tus entrañas

Oyes las maldiciones abatidas

Oyes gemir y gimes

Oyes los gritos del hambre bajo sombreros como tabacos deshojados

Bajo los harapos de nocturna factura

Oyes el llanto y lloras

Oyes la muerte que sale de la noche entrando en los huesos

Oyes el cuerpo del mundo retorcido en lamentos

Oyes al angustiado hermano de los pechos sin aire

Oyes gemir y gimes

Con todo tu esqueleto de amarguras inmensas

Mojado de siglos y catástrofes mojado de esperanzas

Oyes la súplica de los mares empuñados

Oyes caer las lágrimas a lo largo de la noche

Y las ves atravesar el día

Oyes sufrir y sufres

Oyes llorar al hombre y lloras como el hombre

 

Pero una fiebre de mariposa gigantesca

Parte del alba retardada entre redes opacas

Nace una hoguera y nace una voz rodeada de fuego

Una voz que redime a un astro ciego y taciturno

Una voz que se ha lavado en largos sueños

Una voz de torrente sacudido

Una voz de pavorosas profundidades

Una voz que levanta los gestos

Blandiendo el mundo entre centellas iracundas

Martillando en la fragua del universo

Una voz cansada de llorar

Y que se alza de sus principios

A la dignidad negada por inmundas razones

Y exigida por todas las raíces de su ser invencible

Una voz cansada de gemir

El hombre es paciente

Pero no tanto como el tiempo contemplado

Desde la orilla de la noche

El hombre es sufrido

Sus músculos labrados a golpe de milenios

Pero la tierra es suave y le comprende y le ama

De tantos siglos hasta tantos

El hombre es afable

La tierra le ama y pide un modo de armonía

Y quiere una forma de fraternal dulzura

No quiere estar cubierta de tragedias

Ni rodar bajo crímenes entre fiebres sangrientas

La tierra le ama

(Que sea siempre así)

Quiere su luz de flor mediativa

Quiere su dicha como un canto necesario a la marcha

Que caigan entonces los que construyen la desgracia

Los que cierran el horizonte

Los que impiden el canto

Que se entierren al fondo de su noche

Que caigan si que caigan

Y vamos descargando los muertos al borde del planeta

Arrojemos carroñas al vacío

Y que el cometa del mal agüero les envuelva en su sudario

Y les arrastre a la nada sin memoria

 

Se acercan los hombres en marcha desprendida

De montañas geológicas y llenos de ternura

Viene el hombre amado de la tierra

Con sus ojos de abrazo suficiente

Llega el hombre a pedir sus derechos

Yo me descubro a tu paso como ante un mar que viene de la noche

Y te entrego mis manos y te entrego mi pecho

Y dejo a tus plantas la actitud de mi cerebro

 

Tienes un cuerpo traspasado como alarido de perro nebuloso

Tienes tu voz de lágrima a sonrisa

Tienes tu cielo como un mar levantado por sus ansias

Tu tristeza es ver que no saben lo que vales bajo tu piel terrestre

Tu alegría amasar el futuro de tus hijos como hierbas entusiastas

De tu mujer como árbol de dulzura

 

Árboles árboles velad sobre el destino

Árboles cantando su existencia

Sed luminosos sobre el sueño del aprecio

¿Qué hora sería en el revés del mundo

Cuando tu corazón sintió su hora

Y que tu piel terrestre fue traspasada de alaridos?

Árboles árboles qué desnudez se acerca

Y qué mañanas de metal cantante se preparan

Las hojas contaban a la tierra sus proezas

Y la visión del venidero ilustre se alzó  en algunos ojos exclusivos

Que desde entonces lloran de fiebre entusiasmada

 

Qué hora sería qué hora

Cuando el mundo te trajo la noticia del futuro coronado

Los pies se hicieron rápidos

El cuerpo se vistió de desnudez en estatuas de viento

Y los ojos devorándose entre ellos como dos locos furibundos

Rodaron entre soles y vidrios por todo el universo

 

Tus manos qué delirio de fuego qué ancha simpatía

Qué lento abrazo a los ruidos de la vida

Tu corazón en buzo bajando a sus raíces

Nadando en sus comienzos

De pie en su objeto comprendido

Tenías tanta hambre de ti mismo

 

Ruta de obscuras geologías de selvas submarinas

Y de sombras arrodilladas bajo el viento

Hasta el momento que una tiza en el sueño trazó el destino

Levantó los gestos de sus profundidades

Y te dijo lo que eras y tendrías que ser

Sobre ese pedestal que recorres inconsciente

 

Qué hora sería qué hora cayendo en los árboles

Cuando los muertos dieron la orden de despertar

Y las tribus soñolientas mirando estrellas

Se pusieron en marcha hacia la forma de sus lenguas

Hacia su esencia de memorias desveladas

Y su pasión de ser penetrante vida

Idea redentora como un pan obscuro que se hace luz de sangre y células

Qué hora sería entonces

El huracán rugía entre sus barbas sorprendido

Y el viaje era una estatua de su raíz al tronco y al ramaje

Un trabajo invisible de siglos y cimientos anhelantes de aire

No hay detención posible hasta el arco de flores y horizontes

Que señala su triunfo

 

Es el hombre

El hombre de pie sobre sus sueños

 

Vicente Huidobro. ÚLTIMOS POEMAS. Material de lectura, serie poesía moderna 43. Departamento de Humanidades. DIRECCIÓN GENERAL DE DIFUSIÓN CULTURAL / UNAM. Selección y nota introductoria de Hernán Lavín Cerda

 

Representaciones de cultura Mezcala

Representaciones de cultura Mezcala

Homenaje a la tierra femenina amada

Luis Ignacio Sáinz

La magia de Carlos Gutiérrez Angulo en su jirón de paraíso en Huixquilucan. Homenaje a Mezcala y su lítica 1, a través de cenizas y carbones vegetales y de hueso, en formatos de 1.5 x 2 metros. Zoología fantástica con tropiezos de metates y sus manos, molcajetes y sus tejolotes… Artista enorme, poeta visual que celebra la inmediatez de la vida y sus misterios seductores. Alusiones a piedras labradas y barros modelados guerrerenses que delimitan el espacio de origen de su compañera de avatares y bretes.

Más que el misterio, a CGA le viene bien el plural: los misterios. Su origen y sus representaciones encarnan un puente salvífico, un itinerario de perfeccionamiento, ese aprender a despojarse de lo superfluo, olvidando y resistiendo los afeites y los adornos, vertebrándose en la pureza de la forma, la distinción de la figura, la economía de rasgos, para conquistar la fuerza de la expresión: el predicar sin aspavientos, el decir sin palabras. Victoria del silencio en el desvanecimiento de la identidad plástica de tan perturbadoras esculturas portátiles, las más antiguas de las cuales se remontan a una ofrenda de tumba encontrada en Ahuináhuac de entre 700 y 230 a. C.

Los partos de sus obras conservan un halo de fantasma, tatuados por la levedad, flotan, se columpian en sí mismas dada su elasticidad, rasgo que las emparenta con las deidades prójimas de las serpientes: Coatlicue [la de la falda de serpientes, progenitora de Huitzilopochtli], Cihuacoatl [recolectora de almas y protectora de las parturientas fallecidas que a veces se presenta como nuestra madre venerada], Ixchel [guardiana de la luna, la gestación, el amor, el lenguaje textil], Xtabay [benefactora de los suicidas, tipo de muerte calificado de honrosa por los mayas, que se distingue porque una cuerda-serpiente recorre su silueta], Tlazolteotl [la que dona e inocula los deseos sin brújula, fugados al ritmo de la lujuria, y quien también los absuelve]. Y un infinito de referencias que incluye a las masculinas, como Quetzalcóatl o Kukulkán, si bien en esta ofrenda plástica y ritual no han sido requeridas.

Esta constelación de signos y de rasgos hacen de semejante geografía una sumatoria de belleza prioritariamente pensante, no solo sensible, que prefiere a la piedra –y también al barro- como origen para su ulterior versión icónica, pues el material abona en favor de sus enigmas, los afanes y quehaceres que cumple y desempeña.

Aunque nuestro hacedor de sueños no le hace ascos a ningún mineral, su predilección (sensorial, el triunfo de la mirada) reposa en el jade, la serpentina, la filita, el esquisto, el berilo o incluso el cuarzo virĭdis (en latín, no solo verde, sino vigoroso, fuerte, vivo, joven); y más allá de sus vestimentas y atavíos asume una responsabilidad exclusiva: consolar a los dioses cautivos, esos eones caídos en batalla, hechos prisioneros, conservados con aliento vital si bien despojados de sus atributos y energías. El recinto ceremonial de Mexico-Tenochtitlan dedicaba en su palacio o edificio decimocuarto al Cohuacalco que, en palabras de Bernardino de Sahagún:

 

… era una sala enrexada, como carҫel: en ella tenían encerrados, a todos los dioses de los pueblos, que avian tomado por guerra: tenianlos allí como captiuos 2.

 

De función tan misericordiosa (del latín miserere, necesidad; cordis, corazón) se deriva la acepción de que el sueño sea reparador… por eso nuestro compositor depende de la imaginación y el azar: concreta en la vigilia sus delirios oníricos.

 

La poca información existente sobre la cultura Mezcala alcanza también a su religión y sus dioses. No obstante, se ha encontrado una influencia clara de Teotihuacán y los que saben afirman que esto prohijó el culto a tres dioses principales: Xochipilli, el príncipe de las flores; Huehueteotl, el dios viejo, y Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Coleccionista de despojos, abandonos y desperdicios, cuescos, madera (troncos, ramas, raíces), semillas, hojas, frutos, huesos, piedras, quincallería varia, fragmentos metálicos, Carlos Gutiérrez Angulo levanta palacios, confecciona bártulos de fantasía, dona vida a Gólems aborígenes dueños de razón y siervos de instintos a la vez. Su don compositivo evoca el génesis con el poder del fiat… ese hágase que todo lo puede, en una miscelánea que difiere en sus propósitos como los días de la semana. Acumula y disecta, reconstruye, ensambla y metamorfosea objetos recuperados sin la pretensión ultramarina del object trouvéready madefound art que tiene mucho de artificial (verbigracia, Marcel Duchamp y la desaparecida Roue de bicyclette de 1913).

El artista aprende y aprehende los objetos olmecoides sin rendirse a su taxonomía, tributándoles comprensión a distancia: los honra al “nombrarlos” visualmente, impide se les olvide en el marasmo de una sociedad, la nuestra, definida por el espectáculo que ha dado la espalda a toda reflexión significativa. En nuestro atribulado presente pensar es un acto de resistencia crítica que desafía los estereotipos y las iconografías foráneas. Este suculento desfile de imaginerías honra una de las fuentes nutrientes de nuestro pasado sin ceñirse a ella, la aprovecha al renovarla, y con ello darle aliento vital y certidumbre de ser y estar en el tiempo por venir.

Plaza principal y edificio de Los Clavos, zona arqueológica de La Organera-Xochipala, Guerrero.
Fuente: Fernando Reyes Álvarez / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)

 

Como buena parte de las altas civilizaciones mesoamericanas se desconocen las minucias de esta antigua modalidad de ser en el mundo; incluso su geografía está en duda y ha solido delimitarse a partir de información de expolios y saqueos 3: zona centro norte de Guerrero, atravesada por el río Balsas, que se extiende desde Tejupilco en el estado de México hasta Tixtla y Chilapa. La irrupción del estilo Mezcala derivará de procesar la devastación pétrea de olmecas y teotihuacanos, hasta lograr un lenguaje único basado en la esquematización y simplificación de la figura, geometrismo y simetría de notable perfección a partir de la forma transformada una y mil veces de un “hacha”, recurriendo a materiales que faciliten su pulido, en particular la serpentina (en latín serpens, “serpiente de piedra”; en griego denominada οφίδιο de donde deriva ofidio, orfito. Silicato de magnesio que incluye cromo y cobalto), veteada de blanco, en una gama del verde al ocre, apreciada en todos los confines del planeta por sus aportes salutíferos que fundan una tradición de litoterapia que se vinculan con las energías kundalini 4.

Geometrismo pétreo en serpentina, “la roca que desvanece las maldiciones”.

 

La contundencia plástica de estas miniaturas alude un insólito nexo con las monumentales estatuas de la Isla de Pascua, las moais de la cultura Rapa Nui de entre 2 y 10 metros de altura (500-600 d. C.), que hemos terminado por redescubrir que son cabezas dueñas de cuerpos, o al menos de torsos, por debajo de la cintura con brazos sugeridos. Soluciones próximas.

¿Representaciones de dioses o retratos de ancianos venerables de la comunidad? Las moais esculpidas en toba lapilli porosa de origen volcánico, basalto o en pocas ocasiones en escoria roja, material de los tocados llamados pukao, empleado además en las pupilas, mientras el blanco de los ojos se cubría de coral.
Ahu (plataforma ceremonial) Tongariki (nombre del lugar), estructura de 100 metros de largo y 4 metros de alto hecha de piedras encajadas, donde reposan 15 gigantes que le dan la espalda al mar.

 

 

Variadísima, la paleta de color de estos lienzos prodigiosos se sujeta a la expresión lineal de un dibujo acicalado de pintura. La aproximación a las figuraciones que originan el despliegue compositivo prima sobre los pigmentos que, como ya es tradicional en la fábrica de Carlos Gutiérrez Angulo, derivan de la quema de huesos e ingredientes orgánicos para elaborar pócimas mágicas, secretas, solo para iniciados que saben leer la naturaleza. Así, los objetos de piedra, barro, o cualquier componente pepenado (reciclado y transformado), mutan sus fisonomías de relieve en planos bidimensionales con clara aspiración volumétrica. Suspiran quizá por su existencia previa, marcada por la autonomía que antecede su condición de partes de un ensamblaje icónico y conceptual. El lagarto, el sol, la mujer insinuada y las ollas esgrafiadas, como si se tratase de copias heliográficas o soportes de placas de rayos X, la pequeña con la luna en ristre o una aparente dispersión de chalchihuites asociados con chilacayotes (tzilacayotli), entidades verdes que se remontan al centro, núcleo de la gestación, hasta de cierta potente divinidad. Al modo en que Chimalma (en náhuatl “la que permanece sentada como escudo”) se encontró con uno cuando barría y decidió tragárselo quedando embarazada ni más ni menos que de Quetzalcóatl 5.

Representaciones de chalchíhuitl en la Matrícula de Huexotzinco (BNF, 387, expediente 02, 03, 06, 19).

 

 

Epopeya pictórica que narra en imágenes la creación del mundo y sus habitantes, así como el necesario agradecimiento de las creaturas mediante la devoción, el rezo y el sacrificio. Quizá por ello los devastadores líticos de Mezcala fueron tan proclives a tallar templos y recintos ceremoniales, como si formasen altares domésticos más que maquetas constructivas. De modo que el señor de Huixquilucan incorpora esta visualidades a sus retablos concebidos como episodios de un revisitado y actualizado ciclo indígena de la invención del inframundo, la tierra y el cosmos. Y para no creerse, el oratorio está acompañado por una especie de olla-pichancha, especie de colador en apariencia, pues igual las perforaciones no existen y son meras decoraciones. Además, la escena es contenida por una aglomeración de poliedros intuidos que se quisieran moradas y alojamientos, engalanados con ventanas falsas y que en escorzo nos convidan una intersección de niveles físicos, mamposterías varias. Profundidas y desplazamientos laberínticos que forjan su propia variante de perspectiva, limitada pues es una ensoñación o sombreamiento. Edmund Husserl denominó Abschattung (en alemán “sombreado”), a la percepción de un objeto o cosa como recuerdo parcial, desde un punto de vista justamente, incapaz de plasmar su totalidad, pues al no poder captar todas las perspectivas se topa con cambios en su apariencia. Por eso asevera José Lezama Lima que: “La memoria, más que el inoportuno existir, […] es la semilla cuya flor se va destruyendo sucesivamente al pasar del germen a la forma” (Introducción a los vasos órficos, Barcelona, Barral Editores, Breve Bibliotreca de Respuesta, 1971, p.14).

Máscaras verdes en celosía de roca serpentina, cadencia de vigilantes discretos casi invisibles, que generan la sensación de estar volcados fuera del cuadro, desbordando sus límites y lanzando su mirada hacia los veedores-escrutadores-metiches empeñados en catalogar la especie que deambula entre cielo y tierra. ¿Mamífero moteado? Animal observable, además, desde una balaustrada azul, mediante unos distorsionados ojos de buey incrustados en el macizo de un murete que funciona de pasamanería y que por su tono rivaliza con la atmósfera…

Nada importa, pues el ritmo de la pintura es suficiente para legitimarse… Lo sabe Carlos Gutiérrez Angulo, lo ejerce a ciencia cierta. Por eso trabaja siempre a ritmos febriles, fatigando los soportes al máximo, extenuando los pigmentos, raspando las superficies intervenidas hasta lograr las texturas justas, como de pieles desgastadas que todavía son portadas por seres vivos: tlacuaches, musarañas, cacomixtles, tuzas lanudas, mapaches, conejos matorraleros de la isla San José, teporingos, mofetas –por si lo dudaran– moteadas

Y convidados por tan poderoso creador nos beneficiamos de nuestros ancestros de la lejanía: aquellos que merecieron el sacrificio de los dioses con la creación del Quinto Sol, el Olintonatiuh: astro rey que conjuga terremoto y movimiento…

 

1 El apogeo de la cultura Mezcala tuvo lugar tras la caída de Teotihuacan, en el Epiclásico (700-900 d. C.). En ese entonces, varios de los sitios asociados a la cultura Mezcala se ubicaron en posiciones defensivas y se dio un incremento notable en la actividad constructiva. El mejor ejemplo de esto es La Organera-Xochipala, único sitio de esa cultura en Guerrero que ha sido explorado arqueológicamente. El aprecio por los objetos estilo Mezcala perduró tras la desaparición de sus grandes centros, como lo muestran las ofrendas del Posclásico Tardío del Templo Mayor de Tenochtitlan.

2 Sahagún, Bernardino de: Historia General de las Cosas de Nueva España [Códice Florentino], 1577, folio 111, vuelto, apéndice del libro 2º. edición facsímil de la Editorial Giunti (1979). autorizada por la Biblioteca Mecidea-Lorenciana de Florencia.

3 Véase, Covarrubias, Manuel: “Tipología de la industria de piedra tallada y pulida en la cuenca del río Mezcala”, en El occidente de México, Sociedad Mexicana de Antropología, México, Distrito Federal, 1948, p. 86; y también Indian Art of Mexico and Central America, A. Knopf, Nueva York, 1966, p.106. Revísese, Paradis, Louise-Iseult: “El estilo Mezcala en contexto: Hallazgos en Ahuináhuac, Guerrero”, en Arqueología, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, segunda época, no, 5, 1991, enero-junio, p. 59-68.

4 Serpiente espiritual que vitaliza y fusiona cuerpo y alma. La energía vital que se representa como un ofidio enroscado en espiral y dormido en el muladhara chakra, “la raíz de soporte” localizada en el perineo, la base de la columna vertebral, simbolizada por la flor de loto roja de cuatro pétalos, desde donde emergen los nadis o canales energéticos principales: idá, pingalá y sushumná. Cuando cesa el sueño de la kundalini, brota la conciencia terrenal.

5 Cfr., Jalpa Flores, Tomás: “El chalchihuitl y el tzilacayotli: la esencia humana”, en Dimensión Antropológica, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, año 21, vol. 60, enero-abril, 2014, p. 7-36. En otra versión es la que derrota a Mixcóatl, gracias a su desnudez que le provocara pasmo al guerrero tolteca, permitiéndole esquivar las flechas que le lanzara éste enloquecido conquistador, quien terminaría yaciendo con ella y de la unión de ambas simientes nacería el Tezcatlipoca blanco, Quetzalcóatl.

Tiresias y la ceguera como condición necesaria de la profecía

Tiresias y la ceguera como condición necesaria de la profecía

Luis Ignacio Sáinz

La memoria es la vista del ciego.

Oráculo de Delfos.

 

En la Hélade la incomprensión y acaso la desconfianza mediaban los vínculos entre dioses y mortales, y tales nudos requerían la intervención de inteligencias superiores, situadas por encima de las pasiones terrenales y olímpicas, para desatar esos puntos ciegos generadores de caos y ruido. Uno de los más afamados vectores de sentido en semejantes diálogos de sordos fue Tiresias de Tebas, fruto del pastor Everes y la ninfa Cariclo favorita de Atenea, dueño del don de la profecía adquirido por castigo. La μαντική o arte de la adivinación podía manifestarse a través de medios asaz diversos: la hieroscopia, examen del hígado (lóbulos, vesícula biliar y vena porta) de un animal recién degollado; la oniromancia, interpretación de los sueños; la astrología, estudio de los desplazamientos de los cuerpos celestes; o el éxtasis apolíneo al beber néctar y ambrosía, masticar el laurel o agitarse en el trípode (asiento-trono de la Pitia).

 

Grabado de Johann Ulrich Krauß (1655-1719). «Tiresias golpeando a las serpientes» en «Las metamorfosis» de Ovidio en 226 láminas (Die Verwandlungen des Ovidii : in zweyhundert und sechs-und zwantzig Kupffern,ca. 1690).

Según las fuentes variarán las razones de la sanción, coincidiendo todas en la pérdida de la vista. La Biblioteca mitológica de Apolodoro, no el famoso gramático sino alguien que usó su nombre para gozar de su prestigio, rescata la versión fragmentaria de Ferécides de Atenas, consistente en una intromisión no sabemos cuán deliberada por parte del arúspice o augur de joven, quien pilló a la célibe Atenea dándose un baño granjeándose dicha indiscreción la ceguera. Empero, la predilección por la madre mitigó los efectos de la condena, si bien sus ruegos no desvanecieron la pena dada la moraleja del refrán “a palo dado, ni dios lo quita”. En compensación liberó una serie de dones: la purificación del oído para comprender el lenguaje de las aves, la longevidad frisando con la inmortalidad durante siete generaciones, la entrega de un cayado de madera de cornejo macho (Cornus mas, variedad mediterránea) que funciona a modo de brújula perfecta permitiéndole moverse sin riesgo alguno, y la conservación de sus pericias en el Hades (a donde por cierto lo fuese a consultar Odiseo para lograr su regreso a Ítaca). A lo largo de esta suma de los avatares divinos y sus colisiones con humanos, se ofrece el despuntar del cronista del porvenir:

 

 

Había entre los tebanos un adivino, Tiresias, hijo de Everes y de la ninfa Cariclo, del linaje de Udaeo el Espartoi [uno de los hombres que nacieron de la siembra que hizo Cadmo de los dientes del dragón o de la serpiente gigante de la fuente Castalia], que se había quedado ciego. Sobre la pérdida de la vista y sobre su don de profecía corren diversas explicaciones. Unos dicen que fue cegado por los dioses por haber revelado a los hombres lo que ellos, los dioses, querían mantener oculto; en cambio Ferécides cuenta que lo cegó Atenea, pues a Cariclo, querida por Atenea… vio a ésta totalmente desnuda. la cual entonces le puso las manos en los ojos y así lo dejó ciego, y cuando Cariclo rogó que le devolviera la vista, ya no pudo hacerlo, pero en cambio limpiándole los oídos le concedió poder comprender totalmente el lenguaje de los pájaros y le regaló un bastón de madera de cornejo, con el que caminaba como si viera. Sin embargo, Hesíodo dice que por haber visto unas serpientes copulando en los alrededores del Cileno y por haberlas golpeado se convirtió de hombre en mujer, pero habiendo contemplado en otra ocasión a las mismas serpientes copulando, se transformó de nuevo en hombre. Por ello Hera y Zeus, que discutían si gozaban más las mujeres o los hombres, le preguntaron a él, que respondió que el coito constaba de diez partes, una sola parte de diez goza el varón, en cambio, la mujer sacia su espíritu gozando las diez. Por ello Hera lo cegó [por develar su secreto] mientras Zeus le otorgó el don de profecía 1

 

El manuscrito aludido de Hesíodo está irremediablemente perdido en caso de haber existido y de ser evidencia material del pasado tendríamos que inquirir si en su geografía se consignaron pormenores de las transmutaciones del vidente. Se le atribuyó la gesta del agorero Melampo (Melampodia, Μελαμποδεια), poema épico donde se cree que se incluían trances y anécdotas del propio Tiresias y de Calcante. También se le supone la composición de un tratado sobre la Ornitomancia (οἰωνίζομαι), la observación de los augurios de las aves que nuestro poeta y filósofo, rival de Homero, practicaba guiado por un lazarillo.

Tiresias funciona a modo de alfa-omega, representa un ciclo perfecto, ya que las modalidades del tiempo: el de la memoria, el oportuno y el de la espera no mellan su ser, se sitúa por encima de las circunstancias, las sobrevuela. Por si fuera poco, su identidad transita de un género a otro, evidenciando que en su caso son polos virtuales, más o menos efímeros, lo suficientemente duraderos (siete otoños) para aprehenderlos de raíz, valorarlos, ejercerlos y olvidarlos. Se asevera en una variante endilgada al embustero Ptolomeo Queno 2, que en su modalidad femenina de origen sedujo al mismo Apolo (Febo), gemelo de Artemisa (Diana), guardiana de la vida salvaje y la virginidad, desistiéndose de su propio deseo, provocando la ira del siervo de las artes, la belleza y la armonía, patrono de las musas y podestá de los oráculos de notable refinamiento, quien lo mutaría en varón para que padeciera la urgencia del apetito carnal. Sorprende la agudeza, pues, en efecto, dada la menor gratificación del placer masculino, mayor será su “glotonería erótica”, frente a una aparente “saciedad femenina”.

Tiresias, el luminoso transexual, y la ceguera como condición necesaria de la profecía: “por la lumbre quitada, le dio saber lo futuro y alivió, con la honra, la pena”.

 

Tiresias, femenino y masculino, aplastando las serpientes. A partir de Hendrick Goltzius, holandés (Mühlbracht, 1558 – 1617, Haarlem). Robert Willemsz de Baudous, impresor flamenco, 1574/75 – ca. 1655. Versos de G. Rykius (¿?). Esta versión de «Metamorfosis» de Ovidio cuenta con 20 ilustraciones del manierista Goltzius para cada uno de los dos primeros libros, ocho más para el tercero y otras cuatro para el cuarto entre 1589 y 1590; el resto de las imágenes son de la edición de 1615, resueltos por Baudous.

1 Apolodoro: Biblioteca mitológica, edición de José Calderón Felices, Libro III, Madrid, Akal, 1987, p. 85-86.

2 Extraña historia o Historia nueva o Historia paradójica, que el patriarca de Constantinopla Focio (s. IX), elevado a la dignidad de los altares de la Iglesia Ortodoxa, en su Biblioteca o Myriobiblion (Inventario y enumeración de los libros que he leído) lo analiza registrándolo como el número 190 de 280 códices (o mejor 279, porque el número 89 [Gelasio de Cesárea, siglo IV: Continuación de la Historia de Eusebio Pánfilo] se ha perdido). https://www.tertullian.org/fathers/photius_copyright/photius_05bibliotheca.htm#190

 

P. Ovidii Nasonis: Metamorphoseon, Libri I-VII, (Liber Tertius 316-338), introducción, versión rítmica y notas de Rubén Bonifaz Nuño, Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de Estudios Clásicos, 1979, p. 62-63.

Ovidio: Metamorfosis, Libro III; 316-338.

Y mientras eso en las tierras por la ley fatal es cumplido,                    316

y salvas son las cunas de Baco dos veces nacido,

cuentan que acaso Jove, alegrado con néctar, sus cuitas

graves había dejado, y con la ociosa Juno, indolentes

juegos había movido, y: “Mayor, en verdad, es el vuestro                    320

̶ había dicho- que el placer que toca a los machos.”

Ella niega. Plació indagar cuál sea del docto Tiresias

la sentencia; ambas Venus eran conocidas a éste;

pues en la verde selva dos cuerpos de magnas serpientes

que se apareaban, había ultrajado con un golpe de báculo,              325

y de varón en mujer convertido (¡admirable!), pasado

había siete otoños; en el octavo, de nuevo a las mismas

vio, y: “Si tanta es la potencia de la llaga dada a vosotras

-dijo-que de su autor mude en la contraria la suerte,

hoy también os heriré.” Golpeadas las mismas serpientes,                330

la forma anterior regresó y vino la imagen nativa.

Este árbitro, pues, tomado en el pleito jocoso, los dichos

de Jove confirma; la Saturnia, grave más que lo justo

y no en la proporción con la causa se había dolido, se dice,

y los ojos de su juez condenó a eterna noche.                                  335

Mas el padre omnipotente (pues a dios ninguno le es lícito

hacer vanos los hechos de un dios), por la lumbre quitada,

le dio saber lo futuro y alivió, con la honra, la pena.                         338

 

 

Metamorphoseon, Liber Tertius, 316-338.

Dumque ea per terras fatali lege geruntur                            316

tutaque bis geniti sunt incunabula Bacchi,

forte Iovem memorant diffusum nectare curas

seposuisse graves vacuaque agitasse remissos

cum Iunone iocos et ‘maior vestra profecto est,                    320

quam quae contingit maribus’ dixisse ‘voluptas.’

illa negat. placuit quae sit sententia docti

quaerere Tiresiae: Venus huic erat utraque nota.

nam duo magnorum viridi coeuntia silva

corpora serpentum baculi violaverat ictu                               325

deque viro factus (mirabile) femina septem

egerat autumnos; octavo rursus eosdem

vidit, et ‘est vestrae si tanta potentia plagae’

dixit, ‘ut auctoris sortem in contraria mutet,

nunc quoque vos feriam.’ percussis anguibus isdem           330

forma prior rediit, genetivaque venit imago.

arbiter hic igitur sumptus de lite iocosa

dicta Iovis firmat: gravius Saturnia iusto

nec pro materia fertur doluisse suique

iudicis aeterna damnavit lumina nocte;                                  335

at pater omnipotens (neque enim licet inrita cuiquam

facta dei fecisse deo) pro lumine adempto

scire futura dedit poenamque levavit honore.                         338

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