A propósito de Ventanas nouménicas [LMI Gallery 2021]

Luis Ignacio Sáinz

Crear la realidad, no retratarla.

Salomé Jashi, acerca de Taming the garden (2021).

 

Esto afirma la cineasta georgiana al respecto de una excentricidad: la compra de árboles gigantescos, trasladados por el mar Negro (1), para ser relocalizados en el jardín de un oligarca, que fuera primer ministro del lugar de nacimiento de Stalin. Para no creerse, las imágenes de su documental, auténtica crónica de un delirio, evidencian que la realidad es diversa y mutante, capaz de fugarse del empeño por atraparla del sinfín de miradas que la observan y pretenden disectarla. Sólo por convención analítica el mundo existe unitariamente, pero esto ocurre en nuestra mente, no fuera de ella. Como su designación lo indica, los creadores son hacedores: de tiempo y espacio, de representaciones de eso que suponemos es lo real en sus infinitas facetas y fragmentos.

Paola Pineda Córdova (2) es de esta estirpe: desafía a la bóveda celeste con su propia génesis. Piensa, siente, observa y sólo entonces nos convida sus intuiciones y construcciones plásticas. Su figuración tiende cada vez más hacia una abstracción comedida, que le concede importancia capital al proceso de elaboración de sus iconos como objetos, asumiendo, además. la tentación tridimensional. Tiene algo de alquimista y orfebre, pues su lenguaje está en deuda con el gabinete y la experimentación; lo que transforma su estudio y taller en un auténtico laboratorio. A sí misma se califica de “curiosa insaciable”. Procede en la impronta de originales irrepetibles, la cauda de color y trazo es tal que le impide recaer en un motivo sensible, una percepción lúdica, un arrebato lírico.

Lubricaciones del alma, metálico y acrílico cristal, 115 x 153 cm, 2020. [Zona MACO 2020].

La imposibilidad de la artista para clonar sus piezas ancla en un doble razonamiento: el del oficio que radica en la complejidad de factura, mezcla de colores y pauta de su aplicación; situación o rasgo subordinado a que la composición se ciñe a un instante, un soplo temporal que no anida, sino se desplaza en su geografía simbólica y sígnica. Jacques Derrida pensando en la escritura y el tejido de las palabras espetó durante los setentas su provocación epistemológica: Il n’y a pas de hors-texte [No hay fuera de texto]. Aseveración que se ampliaría a los campos de las artes escénicas, plásticas y constructivas.

De acudir a su sentido tendríamos que la pintura se basta a sí sola, estando impedida de transgredir sus propios límites y fronteras: es un ser-en-sí-y-para-sí. El pensador galo bautizo este proceso de ensimismamiento del significado con la voz alemana Destruktion, proveniente de la fenomenología, traduciéndola como “deconstrucción”: es decir, no “destrucción” en tanto forma de anulación de la naturaleza de entes y seres, sino “re-ensamblaje” –si se me permite el término ̶  de los componentes de esa manifestación espacio-temporal, recluida en un soporte, y transfigurada con sus elementos de origen. De allí ϕαινόμενον (“fenómeno”), “lo que se muestra en sí mismo, lo patente”.

Deconstrucción de los estereotipos, homenaje a Francisco Toledo, acrílico intervenido en distintas capas, accionado con motor, 70 x 70 x 46 cm, 2021. [Zona MACO 2021].

Empero, si Martin Heidegger visibiliza esta deconstrucción en Sein und Zeit, empero no cristaliza. A nivel bosquejo se hace presente en Kant und das Problem der Metaphysik (1929):

De la investigación misma se desprenderá que el sentido de la descripción fenomenológica en cuanto método es el de la interpretación [Auslegung]. El λόγος de la fenomenología del Dasein tiene el carácter del ἑρμενεύειν, por el cual le son anunciados a la comprensión del ser que es propia del Dasein mismo el auténtico sentido del ser y las estructuras fundamentales de su propio ser. La fenomenología del Dasein es hermenéutica, en la significación originaria de la palabra, significación en la que designa el quehacer de la interpretación (3).

Pineda Córdova en “Una ventana a lo inexistente” (septiembre, 2021; inédito) hace una confesión que explica, o al menos comprende, su inserción en lo real y su posición frente a la inevitable composición de representaciones de la realidad percibida:

La contemplación del mundo, desde un cosmos invisible, improvisa en el silencio burbujeante. Me cuesta trabajo el paso del tiempo sin los miles de trazos que me acompañan, sin el fármaco del color y la apuesta constante de experimentar texturas, formas, materiales y técnicas que desconozco.

Más adelante remata en el poema que le dedica a Andrea: “Crear sin pensar / Sólo así perdí el sentido / Y nació lo extraordinario”. Se apela a cierto automatismo que de raíz está cargado tanto de representaciones del orbe que habitamos como de interpretaciones y juicios sobre tales manifestaciones de la percepción. En otras palabras: el hecho de que el compositor sea inconsciente de los intríngulis de las constelaciones objetivas que concibe y fabrica, de ningún modo denota su inexistencia. Hacer sin conciencia no equivale a ausencia de intención como si tal cosa fuese en realidad posible o, mejor aún, como si ello le fuese posible a ella, artista lacerada por la reflexión, la investigación y el espíritu polémico frente a una realidad que tiende a desagradarle por su injusticia, banalidad, exclusión y energía destructiva. Quizá aquí repose su fascinación por los espejos y las imágenes mentales, modalidades diferidas del proceso mismo de aprehensión del ser del mundo.

A mí las alas me sobran 1, homenaje a Frida Kahlo, resina, 48 x 20 x 49 cm, 2021. [LMI Gallery 2021].

Lo interesante radica en que todo universo de significación se encuentra recluso en su soporte, en su ser como obra: fuera de ella no existe su esencia, sino la interpretación que podría definirse en calidad de reconstrucción conjetural, verosímil pero no por ello verdadera. Atengámonos pues, a la geografía cercada e idéntica al espacio de expresión.

De acuerdo con Martin Heidegger la trascendencia finita del Dasein (“estar allí, la existencia”):

El ser-en-el-mundo no es apenas la relación entre sujeto y objeto, sino lo que antes posibilita una tal relación, en tanto que la trascendencia realiza el proyecto del ser del ente. Este proyectar (comprensión) se aclara en la analítica existencial dentro del ámbito que su punto de partida le abre. No se trata tanto de perseguir la comprensión hasta la más íntima constitución de la trascendencia, como, más bien, de dilucidar su   unidad esencial con la disposición afectiva [Befindlichkeit: “ánimo”] y con el estar-  arrojado [Geworfenheit: “lanzamiento”] del Dasein.

Todo proyecto —y por consiguiente toda acción «creadora» del hombre— está arrojado [Geworfen], es decir, determinado por el hecho de que el Dasein se encuentra en una dependencia, que no puede someter bajo su poder, de lo que ya es ente en su   totalidad. El estar-arrojado no está limitado al acontecer oculto dei advenir-al-Dasein [Zum-Dasein-kommen], sino que domina por completo al Dasein como tal. Esto se    expresa en el acontecer que se ha descrito como caída [Verfallen: “caduco, vencido, transcurrido, en ruinas”]. Ésta no se refiere a los acontecimientos negativos de la vida humana, menospreciados por la crítica de la cultura, sino a un carácter de la más íntima finitud trascendental del Dasein que está unido al proyecto arrojado (4).

La deconstrucción exige la fragmentación de textos y [equivalentes: imágenes, construcciones, sonidos], en ella, el filósofo detecta los fenómenos marginales, anteriormente reprimidos por un discurso hegemónico. Deconstruir una oposición consiste en escrutar las tensiones que median el ordenamiento en el texto con otros aspectos del significado de ese mismo discurso (texto), en particular los indirectos o implícitos o los sustentados en usos figurativos o performativos del lenguaje. Dado este examen, se concluye que la oposición es un producto o “construcción” del texto en vez de un “plus” independiente de él. En pocas palabras, reclusión del sentido en los confines del objeto como hecho, sumatoria de datos inmanentes que expresan la finitud del tiempo: la oportunidad del presente según san Agustín.

Danza Dubái, a propósito de las mariposas monarca, sublimada en aluminio inoxidable, construida en distintas capas, 120 x 120 x 25, 2021. [Pabellón de México en Dubái 2021].

Con alegría de vivir, Paola Pineda Córdova renuncia a la prédica moral, lo que lejos está de abdicar a la crítica. Festeja lo instantáneo y le otorga un soplo de meta-temporalidad al congelar el momento concreto que la preocupa y ocupa. Algunas obras son en sí mismas tributos dolientes a la fugacidad como las mariposas monarca o el desparpajo de A mí las alas me sobran, mientras una se distingue por su radicalidad necesaria y sin aspavientos al fijar en la conciencia la promoción y salvaguardia de los derechos de las mujeres: Nosotras paramos. Por tal motivo bien puede asegurarse que su producción de bienes artísticos es congruente con su momento histórico, su membrecía generacional, y su identidad de género.

Nosotras paramos, conmemorativa del 8 de marzo 2020, metálico y acrílico cristal, 110 x 147 x 4.5 cm, 2020. [Seleccionada por el periódico Reforma para la portada del 9 de marzo de 2020], [LMI Gallery 2021].

Con seguridad ella, y todos nosotros, quisiéramos creer que los versos de Friederich Hölderlin siguen siendo un faro que nos alienta a ser mejores como personas y ciudadanos: “Pleno de méritos, mas poéticamente habita el hombre sobre la tierra”.

1 El mar Negro con sus 436,400 kilómetros cuadrados es un puente líquido entre Europa oriental y Asia occidental. Lo rodean seis naciones: Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Georgia y Rusia. Semeja un aljibe gigante, pero está abierto, conecta con las aguas de Mármara, salvando el estrecho del Bósforo, convive con el Mediterráneo en la porción del Egeo, a través del gollete de Dardanelos.

2 Arquitecta de origen, después formada en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y en la de San Carlos en la ciudad de México.

3 Martin Heidegger: Ser y tiempo (1927), Exposición de la pregunta por el sentido del ser, Capítulo segundo. La doble tarea de la elaboración de la pregunta por el ser. El método de la investigación y su plan, § 7. El método fenomenológico de la investigación, C. El concepto preliminar de la fenomenología, traducción, prólogo y notas de Jorge Eduardo Rivera, Universidad ARCIS- de Arte y Ciencias Sociales, Escuela de Filosofía, Santiago de Chile, 1953, séptima edición, (448 pp.), p. 46.

4 Heidegger, Martin (1929): Kant y el problema de la metafísica, Cuarta parte. La fundamentación de la metafísica en una repetición, C) La metafísica del Dasein como ontología fundamental, § 43. El punto de partida y el curso de la ontología fundamental, traducción original de Gred Ibscher Roth revisada por Elsa Cecilia Frost (1954); edición, revisión de la traducción para esta nueva edición y traducción de apéndices por Gustavo Leyva, México, Fondo de Cultura Económica, 2013, (274 pp.), p. 187.

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